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CARTA A UN AMIGO


Y caminé hasta allí
Hasta la estrecha senda que cruza el bosque
Hasta el ancho camino que lleva al valle
A la infinita pradera que llega hasta el mar.
Y allí en la orilla
Y una vez caído el sol
Subí al árbol y desde allá arriba
Le pregunté al cielo de qué se olvidó.
Le dije a mi amigo que yo lo esperaba
Le pregunté al viento por qué no volvió
Le expliqué al alba, que lo que él soñaba
La luna en la cima también lo soñó.
El águila que vive en aquellos picos
Y a cuya morada subimos una vez
Ya no tiene huevos, ni crías, ni nido
Ni vuela tan alto como lo hacia ayer.
Aquel viejo lobo que vi en el camino
A veces herido, cansado y febril
Parece decirme con su fuerte aullido
Que no quiere salvarse, quiere morir.
Pero no te preocupes scout, viejo amigo
Porque aquí queda gente que sabe luchar
Que sabe que un día estuviste aquí abajo
Echando una mano para ayudar.
Comiendo la luna así entre tus manos
Y dando a las estrellas también de beber
Haz un esfuerzo y sigue cantando
En un rincón del cielo donde te pueda ver.
El árbol que vimos allá en la llanura
No crece, ni canta, ni alza su voz
Me dice que sangra, que no tiene fuerzas
Eleva sus ramas sedientas de sol, de sol.
El pez que me habla abajo en el río
Me dice una cosa que no puede más
Que el hombre que vino con su negra mano
Le quitó el aire para respirar, para respirar.
Pero no te preocupes scout, viejo amigo
Porque aquí queda gente que sabe luchar
Que sabe que un día estuviste aquí abajo
Echando una mano para ayudar.
Comiendo la luna así entre tus manos
Y dando a las estrellas también de beber
Haz un esfuerzo y sigue cantando
En un rincón del cielo donde te pueda ver.
Letra: Susana Baño Abenza
Música: Juan Pedro Alarcón Nicolás.